Abram y Lot se separan
Cuando el faraón le pidió a Abram que dejara Egipto, él se dirigió primero hacia la región del Mediodía, que hoy corresponde al oeste de Arabia Saudita. Luego regresó a su antiguo campamento entre Betel y Hai.
Allí aún estaba el altar que había construido anteriormente, y volvió a invocar el nombre del Señor.
Sin embargo, pronto surgió un problema: como Abram poseía mucho y además había recibido regalos del faraón, se había vuelto muy rico. Tenía gran cantidad de ganado, oro y plata.
Lot acompañaba a Abram, pero tenía su propio ganado y sus propias tiendas.
Como todo esto era demasiado para la tierra en la que se encontraban, los pastores comenzaron a pelearse.
Para evitar la disputa, Abram le propuso a Lot separarse y le dejó elegir adónde quería ir, aunque Abram era el mayor.
Lot eligió la fértil llanura del Jordán, aunque allí vivían personas malvadas, y se fue hacia el oriente.
Después de que Lot se hubo ido, el Señor se apareció nuevamente a Abram y le prometió darle toda la tierra de Canaán y que sus descendientes serían tan numerosos como el polvo de la tierra. Abram debía recorrer toda la tierra, pues Dios se la daría.
Así que Abram desmontó su tienda, se dirigió al encinar de Mamré, cerca de Hebrón, y allí edificó un altar al Señor.
