Cuentos biblicos para ninos

Un nuevo comienzo

Noé tuvo que estar en el arca durante un año y diez días en total, hasta que el arca aterrizó en una montaña y pudo abandonarla.

Llovió durante cuarenta días y cuarenta noches. Después, el agua subió durante 150 días y cubrió las montañas más altas. Tras 150 días, el agua comenzó a descender y el arca se posó sobre el monte Ararat. Luego, la tierra empezó a secarse y, para comprobar si ya se podía salir, Noé dejó volar una paloma.

Después de un año y diez días, según el calendario hebreo, Dios ordenó a Noé que saliera del arca. Entonces, Noé construyó un altar y ofreció un sacrificio a Dios.

Dios percibió el agradable aroma y prometió que, aunque el ser humano tenga pensamientos malvados en su corazón desde joven, nunca volvería a exterminar a todos los hombres y animales. Estableció las estaciones del año, que nunca cesarían mientras existiera la Tierra.

Después, Dios hizo un pacto con Noé, es decir, estableció un contrato con él en el que le dio mandamientos y promesas.

Los mandamientos eran: Se puede comer todo lo que tiene vida y la hierba verde, excepto la carne cruda, que no debe comerse. Y si alguien mata o asesina a otra persona, Dios castigará al culpable, y los jueces de los hombres también deberán hacerlo.

A cambio, Dios prometió que nunca más enviaría un diluvio sobre toda la Tierra.

Dios bendijo a Noé y le dijo que fuera fecundo y se multiplicara.

Como señal del pacto, Dios puso un arcoíris de siete colores en el cielo, y cada vez que lo veamos, Dios recordará el pacto que hizo con Noé y con toda la humanidad. Nosotros también debemos recordarlo y tener presente este pacto que Dios estableció con la humanidad.

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